Con el tiempo ajustado, sin espacio y con motivo del cumpleaños de mi hermana, con la cual comparto casa, fue tremendamente difícil hacer esta tarta sin que se enterara. Finalmente lo logré, resultó un secreto no la existencia de la tarta, pero sí la temática y el sabor. Los delfines fueron la mejor opción, por su sencillez al modelar y la capa de fondant coloreada con vetas simulando el mar. La idea fue de mi madre, que contribuyó con la idea del relleno de petit suisse.
¡RIQUÍSIMA Y DULCE!