La vida puede traer gratas sorpresas, parece que nunca llegan de manera pronta y que se retrasan más de lo debido, pero cuando hacen acto de presencia el momento es tan dulce como esta tarta que os presento. Una vez cuando casi estaba para enfrentarme a la dura oposición de magisterio alguien me obsequió una frase muy motivadora: Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te llevan a él. ¿Y no sería más estimulante si dichas señales no fueran tan tremendamente tímidas?
Esta tarta cuyo diseño fue basada en el plato de plástico de arriba que amenizaría la decoración del cumpleaños fue para unas personas muy queridas por mí y por mi familia. Me emociona saber que mi tarta fue para la hija de una ex vecina y ex compañera de juegos infantiles, para Julia la hija de Bárbara. Todo un lujo contribuir en el primer cumpleaños de la pequeña.
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